Es
una noticia de actualidad que el más carismático cuadro del pintor Pablo Ruiz
Picasso, El Guernica, que se encuentra en el museo Reina Sofía de Madrid, va a
ser sometido al mayor y más exhaustivo escaneo fotográfico que jamás se haya realizado
sobre una pintura. Este escaneo que contará con más de 200.000 imágenes en alta
resolución, va a ser de una calidad tal, que podrán verse los primeros trazados
del pintor sobre el lienzo, lo que descartó sobre la marcha, el proceso de
creación paso a paso, el tipo y mezcla de las pinturas utilizadas y una larga
lista de detalles científicos como microgrietas y otros daños; una ingente
cantidad de información que ayudará a su conservación.
Hasta
ahí la noticia, ahora un poquito de Historia: cuando el gobierno de la II
República de España le encarga a Picasso en mayo de 1937 que realice un trabajo
para la exposición internacional de ese año en París, donde quede reflejado el
sufrimiento del pueblo ante los despiadados ataques de la aviación
nacionalista, principalmente por las aportaciones en aparatos y tripulación de
la Alemania nazi y la Italia fascista, quienes estaban causando una gran
mortandad entre la población civil, algo nunca visto hasta entonces en el
mundo, pero que se haría habitual pocos años después durante la Segunda Guerra
Mundial.
Pues
bien, el 26 de abril de 1937 se produjo por parte de la Legión Cóndor de
Wolfram von Richthoffen, el bombardeo aéreo de una pequeña población del país
vasco: Guernica. Este fue el hecho concreto que daría nombre al cuadro
encargado. Lo que ocurre es que no fue éste el primero que sufría la población
española durante la Guerra Civil, ya antes, el 7 de febrero de 1937 al caer Málaga
en manos de los nacionales, se produjo un enorme éxodo de la población civil
hacia Almería, distante unos 200 kilómetros, la mayor parte de la gente realizó
el camino a pie y no hubo ninguna organización por lo que esta huida duró 10
días, durante los cuales fueron hostigados desde el aire entre otros por los cazas
italianos Fiat CR-32 y los modernos bombarderos Savoia SM-79, y desde el mar
por los cruceros pesados Canarias y Baleares y por el crucero ligero Almirante
Cervera, que en ocasiones cañoneaban a pie de playa, todo ello con una
impunidad absoluta pues la desorganización y el abandono del gobierno
republicano fue tan grande que no tuvieron oposición.
Se
calcula que en Guernica de una población de 5000 personas, fueron muertos 195;
en la carretera de Málaga a Almería se produjo un éxodo de unas 100.000
personas, de las que resultaron muertas no menos de 5.000. Los números no
admiten comparación, sin embargo, mientras lo ocurrido en Guernica ha sido
aireado a los cuatro vientos, lo de Málaga ha sido obviado por completo y muy
pocas personas, incluso de las más entendidas conocen estos hechos, y la culpa
no sólo la tiene la dictadura de Franco que intentaron ocultar ambas por igual.
Todo
esto viene refrendado por un médico canadiense pionero en las transfusiones de
sangre llamado Norman Bethune, que del lado republicano fue testigo directo de
los hechos, y luego plasmado en un magnífico libro de investigación de Jesús
Majada Neila “Carretera Málaga-Almería (febrero de 1937)” que incluye el
testimonio de numerosas personas que formaron parte de ésta huida, también
llamada “la desbandá”.
Pues
bien, Pablo Picasso ere natal de Málaga, allí pasó su infancia hasta que
cumplidos los 10 años sus padres se trasladaron a La Coruña, aunque siguió
veraneando en la ciudad años después. Sea como fuere, Picasso aunque no estuvo
presente, tuvo que enterarse de estos hechos, alguien se lo habría contado, sin
embargo en su obra emblemática no hace ninguna constancia de ello, cuando lo
tenía en bandeja. Si no pudo meter el nombre de Málaga en el título, al menos
sí pudo hacer un guiño a su tierra incluyendo un barco de guerra, un cañón
naval, un faro, cualquier cosa que homenajeara lo ocurrido en Málaga, pero por
mucho que busques en el descomunal lienzo de 7,80 metros de ancho por 3,50
metros de alto, no verás nada de eso en ninguna parte.
Pero
ahora se abre una nueva posibilidad, pudiera ser que sí hizo referencia a ello
cuando era un boceto y luego, por alguna razón, se arrepintió y rectificó,
haciéndolo invisible a los ojos. Aunque su elaboración estuvo bien documentada
por las fotografías que realizó su por entonces pareja sentimental Dora Maar. La
ciencia tiene ahora la última palabra.