¿Se puede ayudar con un videojuego a dejar de estar triste o curar una enfermedad?, ¿Los videojuegos que ya no usamos y no tienen ningún valor para nosotros pueden ayudar a niños enfermitos? La respuesta es si, y a continuación les dejo un artículo con un breve resumen y vídeos de que es juegaterapia y como empezó todo, para informarse en profundidad y colaborar con la fundación sólo tienen que visitar la web que les facilito en el artículo, juegaterapia.org.
Juegaterapia nació como nacen las buenas ideas. Mónica le da una Play que ya no usaba a un niño enfermo de cáncer. El niño sonríe durante horas y es capaz de contagiarnos su ilusión a todos. A partir de ahí la bola de nieve crece y crece sin parar y la "buena acción del día" de Mónica se convierte en un gran proyecto cargado de ilusión. Así nace también la idea que sostiene todo.
Juegaterapia nació como nacen las buenas ideas. Mónica le da una Play que ya no usaba a un niño enfermo de cáncer. El niño sonríe durante horas y es capaz de contagiarnos su ilusión a todos. A partir de ahí la bola de nieve crece y crece sin parar y la "buena acción del día" de Mónica se convierte en un gran proyecto cargado de ilusión. Así nace también la idea que sostiene todo.
La importancia del videojuego como elemento curativo:
La hospitalización es una experiencia no deseada para nadie y en este sentido, los niños son los más propensos a sufrir alteraciones de su estado emocional. La experiencia hospitalaria, con todo lo que supone de separación del hogar, entorno extraño, dolor y malestar, suele generarles ansiedad, angustia, sufrimiento y posible trauma psicológico como consecuencia de ese grado de estrés, hasta tal punto, que en ocasiones persisten como miedos residuales más allá de la etapa de ingreso.
Se ha llegado a decir que las hospitalizaciones prolongadas por enfermedades crónicas pueden llegar a frenar su desarrollo por lo que hay que buscar actividades que aúnen estimulo sensorial, imaginativo y verbal adecuado para cada edad; es más la enfermedad les supone sensaciones inusuales hasta de pérdida de control de partes o funciones de su cuerpo: se crea la necesidad en el niño de su comprensión y adaptación.
Ante esta realidad, los hospitales un ido progresivamente sufriendo un proceso de humanización, con cambio en los sistemas de visita de los padres, creación de espacios especialmente dedicados a los niños hospitalizados: salas de juego, ludotecas, escuelas que permitan un cierto seguimiento escolar y sobre todo promoviendo la importancia del juego como elemento terapéutico por las especiales funciones que puede cumplir cuando el niño está ante una situación traumática, como es el ingreso. Hay quien incluso propone el juego como elemento dentro de la planificación general de la atención ya que proporciona un cuidado integral y es una herramienta importante de comunicación. Un ejemplo en este sentido pasaría por fomentar programas recreativos antes y después de las intervenciones, que ayuden a los niños a expresar la ansiedad jugando manteniendo una agradable comunicación con el niño, explicándole según la edad, por medio de juegos o juguetes, cuál es el procedimiento y así evitar el miedo.
Y por qué a través del juego? El juego es imprescindible en todas las etapas de la infancia, y se puede considerar como la actividad más importante de los niños, hasta tal punto fundamental, que clásicamente se habla de un niño sano, en el aspecto físico, mental y emocional, cuando juega espontáneamente, mientras que si no lo hace, estaría enfermo.
El juego cumpliría varias funciones en este sentido:
1)estimulando al niño a cooperar con los procedimientos entre el personal sanitario y los familiares.
2)ayudando a estructurar el tiempo en el hospital: consiguiendo romper la monotonía diaria.
3)proporcionando sensación de “normalidad” ayudando a disminuir sensaciones estresantes.
4)contribuyendo a mantener los niveles educativos adquiridos, si se utilizan juegos y juguetes que tengan una función didáctica.
El deseo de futuro para todas las estrategias de humanización pasarían por hacer que, de una manera rutinaria en todos los hospitales, el ingreso del niño significara para él una extensión más de su hogar, una “habitación” más de su entorno habitual, de manera que no hubiera ningún tipo de ruptura y que solo se tratara de un tránsito que a fin de cuentas fuera cuanto menos…divertido.